Extiende sus manos para socorrerla y la coloca en sus hombros. Cuando la oveja vuelve a sentir el cuidado del amante pastor y es sostenida sobre sus hombros, siente la seguridad y desvanece su temor. El siervo de Dios no le refiere cuánto tiempo invirtió para encontrarla ni se queja del cansancio. No habla de las dificultades por las que pasó. Sólo manifiesta el amor que lleva en el corazón y se regocija porque su búsqueda terminó en éxito. La oveja en hombros del pastor está en la posición de máxima
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